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            LAS CONSTITUCIONES EN LA HOMEOPATÍA


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Desde finales del siglo XIX, algunos homeópatas venían observando que los enfermos de una morfología determinada eran propensos a presentar determinadas afecciones, y a la inversa. Así pues, podríamos decir que parte de las enfermedades que sufriremos a lo largo de nuestra vida están marcadas por nuestra constitución física ; son resultado de la herencia.
Sin entrar en profundizaciones, vamos a ver a grandes rasgos las principales constituciones :
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1.- Normolínea o sulfúrica : Son individuos de talla media y peso medio. Su aspecto es armonioso. Psíquicamente es un individuo que se controla bien, tiene confianza en si mismo, es dinámico y optimista. Sus cóleras son explosivas pero cortas. A la hora de enfermar, sus reacciones también son vivas, tienen eczemas, alergias fuertes, acné, forúnculos y fenómenos congestivos como hemorroides. Toleran mal el calor.
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2.- Brevilínea o carbónica : Talla baja y peso elevado. Aspecto rechoncho, con desarrollo a lo ancho. Al carbónico le gusta la paz y el orden. Es un trabajador metódico. En la enfermedad, sus reacciones son lentas, progresivas, no explosivas. Sufren obesidad con retención hídrica, diabetes, gota, piedras de riñón, vesícula, artrosis, eczemas crónicos, verrugas … Suelen retener agua. Son frioleros pero toleran mal el calor.
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3.- Longilínea o fosfórica : Talla alta, delgadez y aspecto encorvado. Su temperamento está dominado por la hipersensibilidad nerviosa y la fatigabilidad. Se exaltan rápidamente pero igual de rápido se agotan. Tienden a adelgazar, desmineralizarse, cansarse, sufren hipotensión y acné juvenil. Son frioleros pero necesitan aire fresco.
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4.- Distrófica o fluórica : Talla baja y aspecto asimétrico y avejentado. Son indecisos, desordenados, agitados y con reacciones imprevistas y violentas. Tienden a sufrir luxaciones, esguinces, lumbagos, y a relajación del tejido elástico ( varices, aneurismas, … )
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Aunque un tratamiento no debe basarse exclusivamente en la constitución física de un individuo si no en la clínica que presente, sí que el hecho de conocer las tendencias de cada una de las distintas constituciones nos orientará sobre el tratamiento a prescribir, puesto que cada constitución reacciona mejor a unas sustancias que a otras.

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